skip to main |
skip to sidebar
El otro día, mirando el paisaje desde la ventanilla del coche, me llamó la atención una imagen más propia de los campos de lavanda provenzales que del agro mallorquín. Nos acercamos para averiguar qué era aquella inmensa mancha rosa que se extendía ante nuestros ojos. Una vez allí, nos encontramos con un campo de equinácea. Actualmente se ha convertido en una de las plantas más utilizadas en la medicina natural por su gran capacidad para estimular el sistema inmunológico.
Curiosamente, a la mañana siguiente en el periódico "Ultima Hora", salió un artículo sobre este campo. Gracias a él, supe que Mallorca se está convirtiendo una gran productora de plantas medicinales, y que la totalidad de la cosecha es exportada a Alemania, país donde la fitoterapia está profundamente arraigada.


Los españoles tenemos fama de ser grandes amantes del café. De hecho, todas nuestras quejas y lamentos van dirigidos hacia este aromático elixir cuando viajamos al extranjero o nos hospedamos en un hotel. Definitivamente, no nos gusta el "café de calcetín". Como bien dice la frase, el café tiene que ser negro como la noche y caliente como el infierno.
El hecho de tomarnos un cafelito forma parte de nuestra vida social. Nos encanta disfrutar de una buena conversación acompañados de un buen espreso. También marca nuestros horarios, el del desayuno (sino no somos personas), el de media mañana, el de después de comer, a media tarde...
Pero, ¿os habéis parado alguna vez a pensar de cuántas maneras podemos tomarnos el café los españoles? Es muy cotidiana la escena de ver a un grupo de amigos sentados en la terraza de un bar tomando café, nadie lo quiere igual: "uno con leche, uno solo, el mío cortito de leche, pues el mío con la leche fría, uno largo, el mío corto, dos con hielo, un cortado con sacarina, yo también un cortado pero descafeinado, un carajillo de wisky, otro de ron...", si hiciéramos esto en el extranjero nos mirarían como si estuviéramos poniendo a prueba la paciencia del camarero, pero los de aquí, en cambio, saben que en cuanto al café: 50 españoles, 50 opiniones.

Hoy se celebra la festividad
de Santiago Apóstol,
patrón de España.
Situado sobre la columna central
del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago,
da la bienvenida a todos los peregrinos
y aquellos que se acercan a visitar su tumba.
Inaugurado en el Siglo XIX, Es Forn d'es Teatre ha sido testigo del transcurrir de la historia de la ciudad de Palma.
En él podemos encontrar gran variedad de dulces y productos típicos mallorquines, como las "Herbes dolces", pero el producto estrella de esta casa son las ensaimadas.
Su fachada es de estilo modernista, realizada en madera policromada con motivos florales. La puerta de entrada está presidida por un dragón dorado.
No es extraño ver salir de su interior a personajes famosos con cajas de ensaimadas y, si estás de suerte, en verano hasta puedes encontrarte con algún miembro de la Familia Real.
Cuando viajamos, solemos lanzarnos a una carrera maratoniana de visitas a museos, monumentos y demás sitios de referencia que figuran en nuestras guías. En principio no está mal pero, lamentablemente, hace que nos perdamos la verdadera esencia del lugar que visitamos.
Hablar de Egipto es hacerlo de pirámides, majestuosos templos, jeroglíficos que, evidentemente, tienen un gran valor e interés histórico, artístico y cultural. Pero basta con alejarse un poco de los circuitos turísticos y detenerse a contemplar el transcurrir de la vida cotidiana, para asombrarnos con escenas como éstas.
Un vendedor de esponjas circula por la calle anunciando voz en grito su mercancía. De pronto, se abre una persiana y una mujer aparece en el balcón y lo llama. Tras intercambiar unas palabras, ésta desliza una cesta atada a una cuerda para que el mercader introduzca la mercancía. Una vez con el producto en sus manos, la señora tras un detenido examen hace su elección mientras el vendedor espera pacientemente abajo. Tras un breve regateo, la mujer pone el dinero en la cesta para pagar la compra, el hombre lo recoge y tras despedirse se aleja mientras ella se introduce en el interior de la casa y cierra la persiana.

