Los Calvarios Bretones

En la Bretaña más recóndita nos encontramos con pequeñas poblaciones poseedoras de un magnífico legado artístico, son los Calvarios. No deja de sorprender al visitante que en núcleos de población tan pequeños puedan encontrarse estas auténticas joyas de la arquitectura religiosa. Estos recintos parroquiales empezaron a construirse a finales del siglo XVI, cuando algunos pueblos de la zona se enriquecieron gracias al floreciente comercio del lino, que les proporcionó grandes ganancias.

Parte de estos beneficios fueron destinados a la construcción de estos Calvarios, llegando a existir una gran rivalidad entre las aldeas por poseer el calvario más fastuoso por lo que no escatimaron en dinero ni esfuerzo, ya que les otorgaba gran prestigio.

Uno de los más espectaculares es el de Guimiliau que con más de 200 personajes narra la vida y pasión de Cristo. Es como si se tratará de un libro en el que podemos encontrar personajes como los 12 apóstoles, los Reyes Magos, al diablo o la muerte con su guadaña.



Calvario de Saint-Thégonnec.







Calvario de Guimiliau.