Tras la calma navideña donde todo ha sido paz y amor estalla la tormenta. La tierra se abre para dar paso procedente de lo más profundo del Averno a Satanás y toda su corte de demonios y bestias infernales.
En todos los recodos de la Isla de Mallorca arden grandes hogueras, alrededor de las cuales los humanos se arremolinan buscando calor.
Es tiempo de asar longaniza y botifarrones, beber vino, bailar y cantar al son de las zambombas mientras los diablillos que andan sueltos hacen de las suyas.
Afortunadamente está Sant Antoni Abad para poner fin a tales desmanes y consigue enviar de nuevo al maligno y a su séquito de vuelta al infierno de donde no tendrían que haber salido jamás.
El "Dimoni Gros".
Los "Dimonis Petits"
Foguerons antes de ser quemados:
Sant Antoni y el demonio.
El carro de Sant Antoni
Sant Antoni.
Un Diablillo haciendo de las suyas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario